Fuchsia OS, así es el SO que acabará con Android
Corría el ya lejano mes de mayo del pasado año cuando en Android 5×1 os mostrábamos las primeras imágenes de Fuchsia OS, el sistema operativo que en el que Google viene trabajando desde hace ya un tiempo. Las primeras noticias al respecto de este nuevo sistema operativo datan del verano de 2016, pero durante todo este tiempo los de Mountain View no han dado demasiadas pistas al respecto. Hoy el sistema operativo vuelve a los titulares porque la gente de Ars Technica ha logrado hacer correr Fuchsia OS en un Pixel Book. Veamos qué conclusiones podemos sacar de esta experiencia.
Fuchsia OS, el nuevo sistema operativo de Google
La primera de las conclusiones a las que se puede llegar es que Fuchsia OS sigue estando en un estado muy prematuro de desarrollo, al menos en la versión liberada. De hecho, la prueba de las funcionalidades ha sido muy limitada, pues prácticamente toda la interfaz estaba plagada de los llamados placeholders, es decir, de características que no son funcionales por el momento pero que los desarrolladores esperan habilitarlas en el futuro (si hacemos la traducción literal, sería algo así como “guardar el sitio” para futuras opciones dejando una indicación en su lugar).
De hecho, ya desde la misma pantalla de inicio se puede ver que funciones elementales como el inicio de sesión con una cuenta de Google aún no están operativas en esta versión de Fuchsia OS. No obstante, aunque las posibilidades de uso aún sean muy reducidas, al menos sí podemos ver bastantes detalles sobre cómo será el nuevo sistema operativo.
Fuchsia OS, un sistema operativo adaptable
La gran baza de este sistema operativo, a la vista de estas primeras impresiones, será la adaptabilidad: es decir, que todo apunta a que Google pretende crear un único sistema operativo para los más diversos dispositivos. Por poner un símil que quizá a muchos de vosotros os resulte familiar, sería algo parecido a lo que Windows ha tratado de conseguir con su Windows 10 y sus aplicaciones universales, que son idénticas en tabletas, ordenadores o teléfonos móviles y suelen “escalar” bien sus interfaces (eso sí, en el caso de los de Redmon la versión Mobile de Windows 10 ha naufragado de un modo estrepitoso). De hecho, ya desde la pantalla inicial, que recuerda a la de otros sistemas operativos (con un reloj sobre una imagen a pantalla completa), se puede “simular” la experiencia de uso en la pantalla de un teléfono móvil, dejando meridianamente claros los planes a este respecto.
Dado que no es posible el inicio de sesión con cuenta de Google, sólo se puede acceder a través de la opción de “invitado”. Una vez dentro, vemos con claridad cómo será la interfaz. En el centro, en una “franja” horizontal, vemos el reloj junto a la fecha y la ubicación, información básica sobre el estado del dispositivo (conexión wi-fi y batería) y un botón con el logotipo de Fuchsia OS. Por debajo, una barra de búsqueda de Google, que por el momento aún no es del todo funcional, pero que serviría para buscar aplicaciones y que nos ofrecería distintas sugerencias de Google, dependiendo por ejemplo de nuestro ubicación.
El botón con el logotipo de Fuchsia OS abre un menú emergente de ajustes rápidos, similar al de cualquier teléfono, con controles para gestionar el brillo, la conexión, el modo avión, etc. Tampoco parece funcional de momento. Por encima del botón, al iniciar nos encontraríamos con un espacio vacío, que estaría reservado para las aplicaciones recientes. La impresión que da es la de una pantalla de multitarea tradicional, pero en este caso accesible directamente desde el “escritorio”. Resulta curioso que las aplicaciones, cuando pasan a ese espacio, siguen “activas”(por ejemplo, un vídeo podría seguir reproduciéndose mientras está minimizado ahí).
En el vídeo de Ars Technica se ve también cómo se podría poner dos aplicaciones a pantalla partida, vertical u horizontal, tan sólo arrastrando la miniatura de una sobre la otra. Parece un sistema bastante “moldeable” y cómodo, la verdad sea dicha. Por cierto, la interfaz se puede usar indistintamente con ratón o mediante la pantalla táctil.
Sin duda, estamos ante un cambio estético y funcional muy importante con respecto a Android.
Sustituirá algún día a Android?
Obviamente, resultaría muy aventurado responder afirmativamente a esta pregunta (y también responder con un “no”), pues la implantación de Android a nivel mundial es inmensa y este Fuchsia OS está, si se me permite la expresión, aún en pañales.
No obstante, creo que para Google sería más cómodo (y productivo) en el futuro mantener vivo sólo un sistema operativo, que pudiese servirle para dispositivos de todo tipo y cuyo desarrollo estuviese unificado. Seguro que más de uno de vosotros habrá podido comprobar que, por ejemplo, usar Android en una tableta no siempre es una experiencia satisfactoria, porque el sistema (y las aplicaciones, claro) no está bien preparado para ese tipo de hardware. Un sistema “universal” como parece que será este, siempre que esté bien trabajado en términos de adaptabilidad, podría darnos una muy buena experiencia, con independencia del dispositivo que estemos usando. Claro, luego también está el factor de la aceptación del consumidor, que no siempre es receptivo a este tipo de cambios.
Y vosotros, ¿cómo lo veis? ¿Veis “algo” en este Fuchsia OS que os haga pensar que puede sustituir a Android el día de mañana?